jueves, 23 de junio de 2011

Asma

Ya empieza. Prepárate. Primero viene la corriente eléctrica. El látigo que te quiere partir en dos. Te curva la espalda y tu espina dorsal se convierte en un acordeón. Te quita la respiración. Jadeas. Abres la boca pero no tomas aire. Jadeas, jadeas… No puedes respirar. Ya empieza, prepárate. Uno, dos, tres… Nebulizador. Uno, dos, tres… Dispara. Uno, dos, tres… Aspira. Uno, dos… Llega la primera imagen. Quema. Nebulizador. Dispara. Aspira. Quema todavía más. Entonces, ves esa furgoneta azul marino. Conoces el sonido de su motor. Tiene las ruedas untadas en barro. Los cristales oscuros. La furgoneta azul marino. Para. El motor encendido. Quema. Nebulizador. Hay agua. Mucha agua y barro. El barro de las ruedas. Sigue quemando. Uno, dos, tres… Abres la boca pero no tomas aire. Jadeas. No puedes dejar de jadear. Un brazo que cae sobre agua. Reconoces la pulsera que lleva. Al igual que sabes de quién es el pelo rubio que se mece en el agua. Agua. Hay mucha agua. El brazo está inmóvil. La pulsera se mancha de barro. Como las ruedas de la furgoneta. Dispara. Aspira… La furgoneta azul que se aleja. Mientras a ti, te resbala un hilo de sangre por la nariz. Es ahí, cuando deja de quemar. Es ahí, cuando las imágenes se van.
            La han encontrado en el rio. Pero tú ya lo sabías. Estaba cubierta de barro y su pulsera se había perdido. Pero ya lo sabías. Como sabes que el conductor de la furgoneta lleva una camiseta naranja. La has visto a través de los cristales oscuros, mientras se alejaba. La has visto mientras te quemaba la nariz.
            Vas al colegio de buena mañana. Nebulizador en la mano dentro del bolsillo. Siempre preparado. Las imágenes pueden venir en cualquier momento. Te paras en la taquilla y te cruzas con tu profesor de matemáticas. Lleva una camiseta naranja y te sonríe al pasar. Entonces, vienen. Ya empieza. Prepárate. La corriente eléctrica que te atraviesa. Te quiere partir en dos. Se te corta la respiración. Jadeas. No puedes parar. Quema. Nebulizador. Quema más que nunca. La nariz te abrasa. Uno, dos, tres… Saca el nebulizador del bolsillo. Uno, dos… Las imágenes llegan antes. Uno, dos, tres… Dispara. Abres la boca pero no tomas aire. Agua. Oyes el agua. Hay mucha agua. El ruido del motor de la furgoneta. La camiseta naranja se acerca a ti. Uno, dos, tres… Aspira. Quema. Un hilo de sangre resbala por tu nariz. Un brazo cae sobre el agua. No tiene ninguna pulsera. Lleva un nebulizador en la mano. Se mancha de barro. Uno, dos, tres… Dispara. Uno, dos, tres… No puedes aspirar. Agua. Solo puedes ver agua. Barro en las ruedas. Prepárate. Uno, dos, tres… La furgoneta azul marino alejándose.

1 comentario:

  1. Joder, tía, qué angustia, a ver si el próximo relato es un poco más light, que me vas a matar de un infarto...

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