martes, 22 de noviembre de 2011

Despertar

Desperté porque susurraban mi nombre. Abrí los ojos. Todavía era de noche. Por mi habitación reinaba una penumbra gris. Un dedo invisible dibujó mi nombre en el vaho del cristal de la ventana. Resbalaba muy despacio, pero sin dudar. Volví a oír mi nombre y un gélido susurro me rozó el cuello. Se me levantaron los poros de la piel. Quité las agujas que sondaban mi brazo y salí de la cama. El suelo estaba frío. De mi brazo brotaron rosas de sangre que cayeron al suelo en forma de gotas pequeñas. Era el momento. El momento de saltar. Saltar, salir. Era lo mismo. Salir de esa habitación fría. Escapar de esas agujas largas y gruesas que me punzaban las venas. Ya no recordaba el tiempo que estaba ahí. Mucho. Tenía demasiadas marcas de agujas en mis brazos. Cuando buscaba en mi cajón vacío una cuchilla con la que suicidarme, no tenía marcas. Quería que las voces se callaran. Pero no lo entendían. Y pensaron que las agujas de mi brazo no llenarían mi cajón de cuchillas de afeitar. Dormir. Dormir. Las agujas dolían. Las agujas dormían. Más gotas de sangre al suelo. Ya había muchas gotas. Todas muy rojas, alumbraban el gris de mi habitación. Saltar. Salir. Era lo mismo. Despertar. El gélido aliento volvió a susurrar mi nombre muy cerca de mi oído. Casi pude olerle. El dedo invisible abrió de un solo movimiento el pestillo de la ventana. Saltar. Salir. La ventana se abrió y sentí la brisa fría de la noche. Me subí al alféizar de la ventana. También estaba frío. Las rosas de mi brazo ya eran hilos de sangre que se precipitaban hasta mi muñeca. Me sujeté con fuerza acuclillada en la ventana. Detrás de mí, alguien susurró mi nombre. Todavía era de noche, cuando desperté.

1 comentario:

  1. Tia pinta muy bien, pero el final me deja muy frio...
    una cosilla mas, letras blancas sobre fondo oscuro... me mata!! no veas como me cansa leer. podrias probar otras combinaciones mas buenas para la vista.
    Besos y gracias por compartir tus textos

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